lunes, 1 de noviembre de 2010

Más brilla la infancia que el diamante...


Al compás de graves voces
y de un alma perturbada,
sobre el niño cae la noche,
sobre sus brazos, un arma.

Sus ojos piden respuestas,
sus labios juran silencio.
Ante el Señor de la Guerra
bien ocultará sus miedos.

Por el precio de un diamante
la inocencia es arrancada y,
bajo un "tú sigue adelante",
se presenta la batalla.

Con las dos manos y sin ver
sostiene ante sí dos almas.
El gatillo se torna juez
y decide arrebatarlas.

"Una aquí muere - se dijo. -
Otra corre peor suerte.
Que si un padre pierde un hijo,
la culpa es mía por siempre".

Amanece en la trinchera y
en nadie haya el consuelo.
Nadie que le respondiera
quién se ríe desde el cielo.

http://www.intermonoxfam.org/es/page.asp?id=429

1 comentario:

  1. Es muy bonito! no lo habia comentado antes pq creo q no lo entendí en su momento...
    Me gusta el contenido.

    ResponderEliminar