miércoles, 20 de mayo de 2009

Amanece, que no es poco.


De tan raídos los vestidos que se pone, el astro Rey muestra su piel. Vislumbrarla, una delicia, una tortura contemplarla.

Acelera mis latidos y guía mis pasos, pero entorpece el sentido de mis palabras.

Mi pluma se derrite, mis musas se evaporan.

Que me bañe la luna y sus secretos me custodien, que me quite el sueño y, así, su esencia me acompañe.

martes, 19 de mayo de 2009

Quisiera ser cerrajero


Frágil mezcolanza de dudas y humo, otra noche sin dormir, sueños de vigilia, dolor e indignación.

¿Es así? ¿Es esto lo que te hace sentir? ¡Me habéis engañado!


Yo antes creía en él, de otra forma al menos. Parece que mi romA no tardará en arder.


Me mantengo alerta, la puerta todavía me espera. Tal vez deba cerrarla y echar la llave al mar. La llave... ¿realmente la tengo? No, no es mía, no me pertenece y jamás fue de otro modo. Es triste.


Una tempestad se acerca y puede volcar mi barca.


¿Quedaré a merced de las olas o me reiré de la tormenta?


Tal vez el ama de llaves tenga la solución…


lunes, 11 de mayo de 2009

De lienzo, las horas perdidas.


Un día logré atrapar sus ojos. Después huyeron. Pero eso fue más tarde…


Sentados, uno frente al otro, corazón con corazón, sus ojos contra mi alma. Como movidos por un resorte, alzamos la cabeza y nuestras vidas chocaron. Fue una cruel batalla, con su fiera mirada, yo en desventaja. Pasaron años en segundos, cada pestañeo un nuevo día. Pude ver mi pasado, presente y futuro, azotado por un insólito conocimiento: era el fin, y así se lo hice ver.


Tiempo atrás, cuando me retiraba de cada combate, en mi interior albergaba la insípida pero feliz sensación de que no había terminado. Aquel día fue diferente. La certeza y el dolor disiparon toda esperanza: era lo mejor para ambos.


Con el pesado miedo sobre mis hombros y el inmenso mar colgado en mis pestañas, me arrastré hasta mi casa, y al llegar reflexioné. ¿Qué haría, solo, ante tan larga e incierta vida? Al preguntar, ya había contestado.