lunes, 5 de octubre de 2009

Ya empieza


Maleantes del tintero, escribid. Escribid y dificultad mi camino, malditos. Juro que podré con todos.

Mi pluma no entiende de rimas ni métrica, está cansada y apenas ha empezado a andar, pero se nutre de mi aliento y comparte mi anhelante deseo de ser inmortal.

Un sinuoso camino, lleno de curvas, humo y vigilia, se presenta como el más fiel compañero del resto de sus días. No habrá final, tan sólo una larga y brillante estela de viento que podréis contemplar y, después, descubrir anonadados que alguien venció al tiempo.

Joven promesa, firme juramento, sobre sus hombros mi mano no tiembla.

La famélica legión espera...