miércoles, 3 de noviembre de 2010
Viento en cama y siempre en vela.
Tu nombre en la playa.
Una ola hambrienta, muy hambrienta (¡no tarde!).
Un recuerdo,
sólo un puto recuerdo, tras otro...
Caricias, cariños, besos, miradas, calor.
Hablo de besos sinceros (ya sabes).
Cada noche, cada golpe,
cada nota y cada acorde.
Tu cara vuelve,
mis manos envuelven
nada.
(un ligero aroma, tal vez)
Me desespero y grito
¡ay! sólo ¡ay!
Hay preguntas que no dejo de lanzarme.
Todas con respuestas,
ninguna quiero darme.
¿A quién culpamos, amada mía?
Busco el fuego y hayo el frío.
Helo aquí, ante mí. Burlón y abrasador.
Ahora es cuando río,
la risa amarga del Uno sin el Dos.
¡Qué triste y cabrón es el delirio que hoy que me azota,
qué mortal el miedo que me arropa!
Vístete de seda y endulza mis palabras,
(una última vez, mujer)
que estas manos encalladas
apenas pueden ya coger
el vuelo de una falda.
Entre tus piernas, un puñal. (gélido y ligero)
En mi pecho... ¿Qué más da? (gélido y austero)
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Precioso y estremecedor, pero también impresionantemente triste...
ResponderEliminarEs un placer para mí leerte, despiertas muchas emociones. Sigue así, que tú vales mucho.
mmmm que melancólico...y bonito!
ResponderEliminarEn mi pecho...
ResponderEliminar¿De vacaciones? Anda, sigue escribiendo!! Que aunque no deje constancia, te sigo siempre, muy cerquita.. Me encanta cuidarte y que te dejes cuidar. Te quiero un montón!! S..t..r..u..f..y..
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